1-. INTRODUCCIÓN
Lengua francesa, lengua románica que forma parte de la
subfamilia itálica, la cual a su vez pertenece a la familia
indoeuropea. Es el idioma del pueblo francés; también es idioma
oficial de Bélgica, Suiza y de los países y regiones que son o
han sido colonias francesas como: Guyana Francesa, África
noroccidental, Indochina, Haití, Madagascar y el Canadá
francófono.
2-. ORÍGENES
Los primeros habitantes de lo que hoy conocemos como Francia
fueron los galos, un pueblo celta; hablaba una lengua celta de
la que surgió el irlandés, el galés, el bretón y las actuales
lenguas que se denominan así. Al conquistar la Galia el romano
Julio César, en el siglo I a.C., se fue abandonando la lengua
celta de las tribus galas, dando paso a la que empleaban las
legiones romanas, el llamado latín vulgar, propio de la lengua
coloquial, frente a la lengua culta, sermo urbanus, de oradores
y escritores. Ya a finales del siglo IV el latín había
sustituido completamente a la hoy perdida lengua celta, que no
debe confundirse con la lengua, también celta, que hoy se habla
en la Bretaña francesa. Ésta se supone traída a la región por
los antiguos habitantes de las Islas Británicas, quienes se
refugiaron en las costas septentrionales francesas y belgas en
su huida de los invasores anglos, jutos y sajones entre los
siglos V y VII. De estricto origen celta han pasado al francés
únicamente unas cincuenta palabras, que a su vez y en algunos
casos se latinizaron, como alauda, actualmente alouette
('golondrina') y carruca hoy char ('carro').
El latín vulgar estaba muy implantado en la Galia cuando tuvo
lugar la invasión de los pueblos bárbaros de origen germano, los
visigodos, burgundios y francos, quienes no impusieron su lengua
en los territorios que conquistaban; por el contrario adoptaron
ellos las de los pueblos dominados. Sólo hay unas cuatrocientas
palabras francesas que tengan origen germánico, como por ejemplo
franc ('franco, sincero, sin restricciones'), français
('francés'), las dos procedentes del mismo vocablo germánico
franko, nombre del pueblo conquistador; fauteuil ('sillón') que
procede de faldastol; auberge ('albergue') de heriberga. En el
latín vulgar entraron también palabras de origen griego en
épocas muy diversas, incorporando en el siglo VI los helenismos
procedentes de las colonias mediterráneas, concretamente
Marsella y Niza. En el siglo VII, el latín vulgar ya había
sufrido muchas modificaciones en el territorio de lo que hoy
llamamos Francia, y en todas las clases sociales se hablaba y
aceptaba esta forma evolucionada del latín, que se había
mezclado con las lenguas que constituyeron su sustrato y su
superestrato para iniciar el camino de una lengua románica
autónoma: el francés. Ya en los albores del siglo VI las
resoluciones de los concilios que tuvieron lugar en Francia se
tradujeron al francés antiguo, también llamado romance, y en el
siglo VIII, Carlomagno solicitó, en un edicto real, a los
dignatarios de la iglesia francesa el uso de la lengua vernácula
en sus predicaciones.
3-. EVOLUCIÓN
Durante la alta edad media al norte y al sur del río Loira
iniciaron su evolución dos lenguas diferentes. Estaban
consolidadas como dos idiomas distintos ya a finales del siglo
XIII, la lengua de Oïl al norte y la de Oc al sur. Se llaman así
por la distinta evolución que tiene el vocablo de afirmación
'sí' en cada una de ellas, Oïl y Oc. La principal diferencia
entre ellas reside en el tratamiento diverso que recibe la vocal
latina a en sílaba libre y posición tónica. En la lengua de Oïl
(langue d'Oïl) se convierte en e, pero queda intacta en
provenzal, principal dialecto de la de Oc (langue d'Oc); por
tanto la palabra latina marem ('mar') es mer en langue d'Oïl y
mar en provenzal. Cada una de ellas dio origen a varios
dialectos. Los principales dialectos de la lengua de Oc además
del provenzal son el gascón, languedociano, auvernés, lemosín y
bearnés. Esta lengua fue también llamada por el nombre de uno de
sus dialectos, el provenzal, ya que en ella se desarrolló una
importante escuela de poetas y trovadores, muy estimada en la
edad media. Su mejor momento coincide con el siglo XII, lo que
al parecer dio lugar a su breve supremacía con respecto a la
lengua de Oïl, pero pasado ese tiempo perdió su hegemonía con
gran rapidez. Durante el siglo XIX se realizaron importantes
esfuerzos por revitalizar el provenzal como lengua poética y
literaria y los llevaron a cabo un grupo de personas conocidos
como Félibrige, que encabezaron Frédéric Mistral y Joseph
Roumanille. Sin embargo, no tuvieron repercusión y hoy se emplea
en raras ocasiones como dialecto literario. La langue d'Oc o
provenzal ha contribuido con unas quinientas palabras al léxico
general del francés contemporáneo de las que son testimonio
bague ('anillo'), cadeau ('regalo') y velours ('terciopelo').
Los principales dialectos de la lengua de Oïl recibieron el
nombre de las provincias septentrionales en las que se hablaban:
el franciano de Île de France, en la región de París, el
normando de Normandía, el picardo en Picardía, el pictavino o
poitevino de la provincia de Poitou, cuya capital es Poitiers, y
el borgoñón de Borgoña. En el 987, año en que sube al trono Hugo
Capeto, París se convierte en sede de la Corte y la lengua que
allí se habla, comienza a dominar los demás dialectos de la
misma manera que la corte de París es un modelo importante para
la nobleza de otras regiones. El francés moderno es la forma
derivada directamente del dialecto de Î'lle de France, que
durante la edad media desplazó a todos los demás.
Durante los siglos XII y XIII, la lengua de Oïl era muy conocida
en Europa. Fue la lengua de la corte de Nápoles. Los príncipes y
nobles germanos fueron educados por preceptores nacidos en
Francia que enseñaban su lengua a los niños y en Inglaterra
durante los dos siglos posteriores a la conquista normanda
(1066), el francés rivalizó con el inglés como lengua hablada y
casi lo eliminó como lengua literaria (ver Lenguas y literaturas
normando francesas). A lo largo de la edad media el francés
incorporó numerosos arabismos, por el prestigio que para los
sabios y estudiosos franceses tuvo la ciencia y la cultura árabe
y además por estar en contacto con ellos, bien por la invasión
que los árabes hicieron a sus tierras y países próximos, bien
por el contacto directo que tuvieron los cruzados franceses con
el imperio árabe. Entre los arabismos hay que señalar los
términos chiffre ('cifra, número'), tecnicismo de su época;
girafe ('jirafa'); épinard ('espinaca') y jupe ('falda').
La guerra de los Cien Años entre Francia e Inglaterra, que
devastó el territorio francés y tuvo lugar entre los siglos XIV
y XV, supuso un impulso popular en favor del nacionalismo
francés y la aceptación del dialecto de la corte como norma
lingüística nacional. El siglo XVI trajo consigo un gran avance
en este idioma. De acuerdo con la ordenanza de Villers-Cotterêts,
el rey Francisco I declara que el francés tal y como se habla en
Île de France, concretamente en París, que se conoce por
franciano, sea la lengua oficial del Reino. En la segunda mitad
del siglo XVI y durante el reinado de Enrique III (1574-1589),
el grupo de poetas y escritores que se conoce por la Pléyade,
que incluía a Joachim du Bellay y Pierre de Ronsard, afirmaba
que el francés era una lengua apta para la prosa y el verso.
Afirmaban que el idioma necesitaba cierta reforma que debía
tomar por modelo la norma expresada por los genios de la
literatura griega y romana. Du Bellay incorporó estos principios
a su obra Défense et Illustration de la langue française (1549;
Defensa y alabanza de la lengua francesa).
4-. EL FRANCÉS COMO LENGUA INTERNACIONAL
A principios del siglo XVII el poeta François de Malherbe
triunfó al lograr una norma exacta para usar las palabras
francesas en sus obras poéticas y críticas. Esta norma hizo de
la lengua un instrumento muy cuidado, para que se expresara de
forma clara y concisa cualquier razonamiento. Un paso decisivo
para la normativa y la reforma del francés fue la compilación
del Diccionario que patrocinó el cardenal Richelieu en el siglo
XVII al fundar la Academia Francesa, en el año 1634. La Academia
inició en 1639 la redacción oficial del Diccionario, que fue
editado por primera vez en el año 1694, edición a la que han
seguido otras nueve ediciones, la última en 1932-1935. Durante
el reinado de Luis XIV, el idioma alcanzó el punto culminante de
su historia, convirtiéndose en lengua internacional de Europa,
sobre todo en el ámbito diplomático y científico.
En el siglo XVII, el francés adquiere básicamente su forma
actual. Las terminaciones flexivas, heredadas del latín casi se
han omitido en la lengua hablada, no así en la escrita, y para
marcar sus relaciones sintácticas emplea los sintagmas
preposicionales y el orden que siguen las palabras en la
oración. La publicación del diccionario, básicamente literario,
así como el haberlo impreso en su totalidad, son una
contribución a la estabilidad de la lengua. Los cambios que han
tenido lugar después, se han limitado a modificar la
pronunciación, a simplificar la escritura, como los recientes
cambios ortográficos vinculados a los signos de acentuación, o a
introducir neologismos. Las guerras con Italia durante la
primera mitad del siglo XVI tuvieron por resultado la aparición
de unas ochocientas palabras, que básicamente son de dos tipos:
las que proceden del mundo de las artes, como fugue ('fuga') y
opéra ('ópera') y las relacionadas con los términos militares,
como colonel ('coronel') y soldat ('soldado'). Como consecuencia
de las guerras con España a principios del siglo XVII se
introdujeron unos doscientos hispanismos como chocolat
('chocolate'), cigare ('cigarro') o nègre ('persona de raza
negra'); por razones análogas toma del alemán unas pocas
palabras como blinder ('blindar') y cible ('blanco de tiro'). En
1795 se funda el Instituto de Francia, heredero de la Academia,
que saca otra edición del Diccionario tres años después; su
apéndice incluía unas cuantas palabras que se habían acuñado
durante la Revolución Francesa. Entre las que perviven divorcer
('divorciarse'), guillotiner ('guillotinar') o burocrate
('burócrata'). El español ha recibido muchos galicismos a lo
largo de la historia por tratarse de dos lenguas y países
vecinos; son de origen francés las palabras afán, Alemania,
jamás, joya, salvaje, barón, batalla y hereje, que entraron en
nuestra lengua a lo largo de la edad media. Son galicismos
introducidos a partir del XVIII bayoneta, bufanda, gabinete,
garaje, funcionario, brillar, bidé, catastro, detalle y
espectador, así como algunas expresiones del tipo poner en
ridículo y plegarse a las circunstancias. En Río de La Plata
tanto el lunfardo (argot argentino) como el habla coloquial
poseen gran cantidad de galicismos. Son ejemplos Chance
(oportunidad), Chicana (Triquiñuela), Chiqué (camelo) y decolage
(despegue).
5-. INFLUENCIAS EN EL FRANCÉS MODERNO
A principios del siglo XIX los escritos románticos recuperaron
para el uso arcaísmos traídos desde el francés antiguo. Lo que
condujo a un movimiento análogo con la poesía simbolista un
siglo más tarde, que ha supuesto su permanencia en la lengua en
muchos casos. Por otro lado, la tendencia generalizada desde
finales del siglo XVIII ha sido la de enriquecer la lengua con
palabras que sirvan para nombrar objetos y conceptos nuevos. La
mayor parte de los neologismos del francés a partir del XIX
proceden de dos fuentes, los anglicismos y los términos
científicos y técnicos.
Entre los anglicismos hay algunas que se escriben de la misma
forma en las dos lenguas como sandwich, square, ticket, rock y
weekend; otros anglicismos han sido adaptados en su grafía y su
fonética como boxe ('boxeo'), buledogue ('bulldog') y rosbif ('roast
beef'). De la terminología científica y técnica se incluyen
automobile, photographie, jet, téléphone y télématique.
A partir de los siglos XVI y XVII, el francés sustituyó al latín
como lengua internacional, sobre todo en el mundo de la
diplomacia, y la comunicación internacional del continente
europeo, donde se continúa empleando en algunos foros. Es una de
las lenguas obligatorias de la Secretaría de las Naciones
Unidas, del Pacto del Atlántico Norte y de la Unión Europea. Su
área de influencia en el continente africano ha hecho surgir el
Grupo de países francófonos.
© 1993-2003 Microsoft Corporation. Reservados todos los
derechos.
|